Cuando un chico intenta caminar y se cae, los padres no
le compran un baston o una silla de ruedas, ni lo tratan de
pobrecito; un buen padre lo ayudará a superar los obstaculos.!! Le dice que lo intente de nuevo.
Qué sería del niño si ante el primer moretón, los padres exigieran cambiar las veredas por colchones o salieran a culpar a las zapatillas? Pobre de ese niño que mientras aprende cómo es el mundo, le inventan otro más fácil para que se sienta más feliz y seguro. En vez de animarlo a caminar por la realidad, y en lugar de ayudarlo a ver los obstaculos y superarlos, de pequeño le despejan el camino y lo alzan, enseñandole así a evadirse.
Seguramente que de grande ante el primer tropiezo se sentira agotado y desanimado; sentira que no sirve para nada y buscara el refugio en un mundo como el que tenia de pequeño. Sentirán miedo al fracaso, a emprender cosas nuevas, a equivocarse. Por lo general buscarán la aceptación de otros y quizás no les siente su imagen. No sabrán por donde comenzar y menos terminar. Necesitarán siempre de otros para culpar y para apoyarse al andar. Necesitarán bastones psicológicos. Se refugiarán en lugares que les recuerdorán su infancia. Por lo general proyectarán en los demás sus defectos, para no lastimarse con su propia miseria.
El sello de cómo será la vejez fue puesto en la infancia. Hay personas con mucha fuerza espirtual, integridad moral e inteligencia que saben reponerse a las adversidades sin lastimar otros, sin robarle a nadie, sin mentir, sin mendigar, sin manipular y sin sentir mucha autocompasión.
Otros por lo contrario, necesitarán de toda la energía que esas persona les brindan, para satisfacer su ego y aniquilar la versión inapropiada que tienen de ellos mismos.
