martes, 7 de agosto de 2018

Cuentos Para Sofía

 

Cuentos para Sofia

Sofía, muchas veces  hay que elegir, entre vivir con una mentira piadosa, que con una verdad tortuosa.
 
Alguien se pregunta por qué los hechos suceden sin que nadie los perciba.
Ahí está, el egoísmo de querer controlar todo, mezclado con el miedo a perderlo. No se percibe cuanto, se siente el poco  miserable des encuentro del destino.
La ventana siempre se iluminaba por la noche, la única luz encendida en toda la cuadra. Se lo veía caminar por la habitación alrededor de la 1am, acercándose al vidrio, deteniéndose unos pocos instantes. Su figura era fina, reciclada, siempre dócil. El cuadro del solitario pintado a rebanadas. Él, qué buscaba divisar en el parque? Si en la oscuridad solo daban vueltas las almas en pena.
Permanecía horas  mirando hacia el mismo lado; yo creería que en su búsqueda no pestañeaba. Imagino, que de fondo sonaba alguna música de opera o clásica. Él quedaba compenetrado en el misterio del olvido. Tantas posibilidades y ninguna coincidencia.
Sería esa la hora en que alguien partió sin despedirse? El minuto en que sonaba el teléfono y no se logró contestar? El amor derramado sobre algún pedazo de aquel inmenso sol verdoso?
El adiós, el regreso, el insulto, el consuelo. Quién podría adivinar qué desvelaba aquel infortunio.
Mi departamento estaba frente al suyo, podía observarlo de manera frontal. Yo era casi como él, pero no me hacía visible.  Me condenaba el insomnio desde que era joven y para no sentirme solo buscaba personas con quien entretenerme. La televisión era convencional, también la radio. Necesitaba algo más profundo donde detenerme, una historia casual llena de burlas. Fue cuando me senté en el sofá, deje el café  en la mesita y el cigarrillo consumiéndose en el cenicero y me puse a observar la única ventana en la que se  perfilaba una figura. Una día, una semana, un mes. Pasaba el tiempo y esa figura estaba siempre ahí consumiéndose.
Una noche soñé con él, me estaba despidiendo en el parque cuando repentinamente un señor paso corriendo y lo empujo. Al intentar agacharme para extenderle una mano, caí en un pozo pequeño pero resbaladizo. Intente salir pero no podía, algo invisible me presionaba hacia abajo. AL despertar quise recordar algún detalle, pero no tuve suerte. Solamente me quede con la molestia de no poder ver ni su cara, ni sentir su olor, ni siquiera pude percibir su presencia. Entonces comprendí que se estaba transformando en una obsesión.
Luego de 1 mes sin más novedades que la luz y el señor en la ventana, decidí acercarme hasta él y comencé a planear ese encuentro.
Fui hasta al vecindario, me acerque al edificio y entable una conversación con una mujer que salía del mismo. Un evento casual o no, pero que fue decisivo para lo que se aproximaba.  Yo ni siquiera fui capaz de adelantarme al momento.
Simplemente la acompañe hasta el mercado con la excusa de que no era del lugar y estaba buscando un pariente que según los detalles que tenía, estaba viviendo en los alrededores del parque; además creía que trabajaba en el mercado del vecindario.
Así,  la acompañe durante sus compras y luego la ayude con la mercadería. Ingrese al edificio y pude entonces acercarme más a las puertas del infierno. Ella vivía en el piso 8, mi pesadilla habitaba el 11. Al despedirme, muy amablemente me dio su teléfono y quedamos en encontrarnos nuevamente. Yo decidí subir por las escaleras los pisos que nos separaban de aquel individuo y entonces sin pensarlo ni planearlo, llame a su departamento.
La puerta se abrió y pude tenerlo de frente. El señor era delgado, aproximadamente unos 60 años, de piel blanca, cabello rubio y ojos azules. Estaba ahí, sin reaccionar cuando pregunto, qué necesitaba. Lo mire una vez más  y le dije, busco al Sr Albornoz, podría ser cualquier nombre, entonces me contesto- El Sr no está, quizá regrese en unos meses, puede usted llamarlo a este número, tenga usted buen día.
Salí del lugar sin comprender demasiado si eso era real. Existía Albornoz? O solo fue una parte del juego que este Señor debía jugar. La respuesta a la consigna, la que él esperaba durante todas las noches.
Me fui a caminar, sin pensar en nada. Alrededor de las 20hs regrese a casa   y me senté junto a la ventana. Esa noche la luz no se encendió. Pasaron las semanas y no hubo más figura detrás del vidrio.
Comencé a investigar si alguien con este apellido vivía o residía en ese departamento y qué hábitos tenía. Para tal fin, fui a visitar a un amigo que podría tener acceso a los datos que me interesaban. Mientras tanto, la mujer del octavo se comunicó y quedamos en salir el próximo día sábado.
Era un día caluroso para andar por las calles, así que la invite a comer y luego fuimos a mi departamento. Nos llevábamos varios  años de diferencia, pero la muchacha necesitaba ayuda, aunque no la pedía, algo me trasmitía y era dolor. No hablamos de temas personales, solo de música y de lugares, pues había viajado mucho a pesar de sus pocos años.
Entonces sin que nadie mencionara  directamente el tema, me pregunto, por qué estaba interesado por el Sr. Albornoz. Me quede sin aire. No conteste su respuesta, solo le pregunte, como  sabía de mi encuentro con el Sr del piso 11?
La niña sin demasiadas vueltas me respondió que ese edificio era de su familia. Nadie busca ni encuentra personas que no sean de su entorno. El Sr del piso 11 no hizo más que contactarse para contarle la conversación que mantuvimos. El Sr Albornoz no existe, lo vera cuando nadie le de las respuestas que busca. No obstante, algo sí cambio desde que usted golpeo esa puerta, nadie iba al piso 11 y preguntaba. Nadie, excepto usted. Entonces amigo, ahora es momento que me diga que busca?  Acá estoy para contestar sus dudas, solo le pido sinceridad porque el tema es delicado.
Que podría hacer más que explicarle cual fue mi conexión con ese departamento y la persona que de manera metódica todas las noches estaba ahí presente.
Ella escucho todo el relato sin mencionar nada. Cuando finalice me miro, se acercó y casi susurrándome menciono la siguiente frase, “el piso 11 no tiene dueño, las ventanas se cierran a las 15pm, hora en que el mayordomo se retira”. Usted Señor está confundido  si cree que algo o alguien  posa en la venta a la 1am mirando al parque. Por favor, cuando usted vuelva a encontrarse en esta situación, llámeme. Hasta entonces, le pido que piense en todo lo que vino registrando desde tenga recuerdo, porque va a necesitarlo.
Me levante, le di las gracias y me retiré.  Era el momento de decir basta! Qué importaba lo que sucedía en ese departamento? Por las noches  comencé a cerrar la ventana y a mirar la televisión.  Trate de olvidarme. Todo lo que puede suceder no está ni escrito ni pre destinado; el hecho se está gestando  en el mismo instante en que respiras.
Así fue creciendo el gusano, se fue escapando y olvidando. Cierta tarde de regreso a casa pase por el mercado del parque y me encontré con Ana; ese era el nombre de aquella mujer. Mire para un costado, pero ella me detuvo con su brazo. Hola, me dijo, no esperaba encontrarte nuevamente, no me anime a llamarte, pero acá estamos; te invito al departamento del piso 11 quiero mostrarte algo. Le conteste con todo respeto, que nunca más insistí en mirar hacia esa ventana, que había olvidado todo lo que vi y lo que hablamos. Le dije, ya no tengo interés en saber nada, yo escuche tu advertencia y me abrí del problema, ya que no es de incumbencia. Ella contesto  – Bueno, quizá te parezca extraño si te dijera que sí es de tu incumbencia, simplemente no era el momento de dar una explicación, ahora hay alguien que quiere verte, tiene un mensaje y el tiempo se está agotando.
Entonces, decidí ir  hasta el lugar. Fui con miedo, lo sentí y debí calcular que algo no estaba en el correcto lugar, sin embargo me impulsaba a seguir sus pasos. Cuando llegamos al departamento, ella saco las llaves de su cartera y entro. Me sorprendí. Parecía no haber nadie en lugar más que nosotros dos.
-Por favor,  espéreme aquí junto a la ventana, la cual abrió.
Me pare junto al vidrio y comencé a mirar hacia el lugar donde la persona de la figura alargada lo hacía. Luego, me detuve sobre los objetos que había arriba de una repisa y observe un binocular. Lo tome,  comencé a mirar hacia todos lados y  advertí que desde ese punto, con ese objeto se podía ver mi hogar  a la perfección. Estuve siendo particularmente espiado sin darme cuenta.
-          Hola, dijo Ana, quiero que vengas conmigo voy a presentarte una persona.
Entre a una habitación donde había una mujer sentada en una mecedora, quien me parecía conocida. Me miro detenidamente y pasaron unos minutos hasta que decidió hablarme.
-          Mi nombre es Sonia, soy una anciana que pronto no estará más aquí. Estas parado sobre todo lo que tengo materialmente y un poco más. Las personas que amo partieron y solo me quedo la niña. Durante mucho tiempo estuve observando al azar gente y nadie se detuvo un instante en apreciar mi presencia. Pero una noche debajo de las  estrellas del parque te vi. Entonces comencé a seguirte  y comprendí que vos, también a mí. Intentaste acercarte y conocerme. Querías saber si la misteriosa persona  de la ventana buscaba algo perdido. La respuesta es no.  Solo espero que llegue el momento final. Aunque Dios me quiere aquí y nunca supe por qué,  hasta ahora. Mi nieta intenta cuidarme, pero  ya, soy un estorbo y pronto no voy a poder salir de esta silla. Entonces, como nadie más se interesó en nosotras se me ocurrió que usted podría ser la persona indicada para hacer un trato. Le voy a proponer lo siguiente: Deberá reconocer a Ana como su hija, su madre ya falleció. Si acepta, todo esto será suyo.
-          No dude en contestarle lo siguiente, Sra qué sentido tiene  este trato, si la niña pronto cumplirá la mayoría de edad?  Para qué me necesitaría?
-          La anciana me dijo, Usted conocerá la respuesta luego de mi muerte. Por el momento solo debe aceptar la propuesta o no; tiene 1 semana para pensarlo.
Sería millonario a qué costo? Donde estaría la trampa? Cualquier demente en mi lugar contestaría al instante que sí, eso era lo obvio; pero mi historia de vida me enseño que todo tenía un precio y este era demasiado barato.
Una semana y listo, la respuesta era no. La niña no era tal, tenía casi 18 años; no necesitaba un padre y ya había subsistido sin ambos.
El día jueves 3 de octubre a las 20hs sonó el teléfono, era Ana y quería que me reuniera con ella en el apartamento a las 11am del día siguiente.  Mientras conversaba intente darle la respuesta, pero ella no me dio opción, simplemente corto.
A la hora estipulada me encontraba en el lugar, amablemente me senté frente a la señora mayor y le comunique me decisión con una breve justificación. Agradecí la oferta y me ofrecí en ser el consejero de  la niña a cambio de un sueldo y punto.
La anciana, me miro intensamente y sentencio con voz firme. Usted no espero, se anticipó a mi muerte. Mi oferta le pareció demasiado para algo de tan poco esfuerzo. Le explico Señor, quizá usted creyó que todo era una casualidad; la ventana, el parque, la hora, Ana, el mercado. Usted ni siquiera peca de inocencia; y eso que creí que tenía usted entereza, sensibilidad y coraje, pero quien nada arriesga, nada consigue. Usted sabrá que nada fue casualidad, esto que le ofrecí le pertenece, quiera usted aceptarlo o no?  Esta anciana que está  hablándole es su madre. Puede retirarse. Pronto un abogado lo contactará. Por favor, sea respetuoso y cumpla mis deseos y  sobre todo sea discreto, no divulgue el secreto.
El 17 de diciembre Ana llamo nuevamente, la anciana había fallecido y un Abogado quería reunirse conmigo en el edificio.  Arregle la cita para las 19hs y me hice presente en lugar.  Me recibió  la misma persona que me abrió  la puerta del piso 11 el día que conocí a Ana.  Él  me tomo del brazo  y me entrego el testamento y una carta. Luego de unos instantes se despidió.
La carta decía lo siguiente.
Estimado hijo,  un día del año 1930 cuando tenía apenas 16 años me fui de mí casa con un joven, luego de un tiempo me dejo, pero ya estaba embarazada de vos. Cuando naciste tuve que elegir, o vivía para el niño  o para mí. Entonces, siendo joven y egoísta  decidí dejarte solo una noche en el parque. Alguien de gran corazón te acogió  como propio y te hizo un hombre.  Supuse que te iban a contar algo de esta historia. Pensé en preguntarte, pero no me anime. Me insumió tiempo ubicarte. Te habrás dado cuenta que me case con una persona adinerada. Luego enviude. El destino quiso que no tuviera hijos. Ahora es el momento de hablar de Ana, mi supuesta nieta. Es una buena mujer que se apiado de mi soledad y me cuido. Vos tuviste la misma oportunidad que yo  de tener una vida mejor, sin perder nada y sin arriesgar nada; pero dijiste que no. Yo arriesgue todo. Perdí mi hijo, mi corazón y termine sola, sin nada que buscar y sin que nadie me busque. Me morí sabiendo algo, que vos sí buscabas a alguien, pero no sabías a quien, pues de seguro no era tu madre. Eso me dio felicidad, porque la persona que te abrazo te dio mucho más de lo que yo te hubiera dado. Amor no tenia, y el dinero no lo necesitaste.
Entonces, ahora que todo es tuyo, quería contarte cual era la trampa, que si la había y era la siguiente:
Si hubieras aceptado el trato, te hubieras enterado que Ana era Julia, y que de todo este imperio que te mostré tener, solo quedan 1.000.000Usd, el resto son deudas que deberás pagar. Al no aceptar ser el padre de Julia, no aceptaste ser el dueño de una mentira. No te dejaste llevar por el dinero. Fuiste mucho más noble que yo.  Viviste con una mentira piadosa, yo viví con una tortuosa.
De todas las formas que una persona elige vivir, está también  condenado a morir. Yo opte por lo fácil y lujurioso, pero morí enferma y sola. No todo es lineal, tener dinero no es ni bueno ni malo; en cambio, es pecado ser egoísta y no conformarse con nada sin lastimar a los demás.
Quisiera dejarte otras cosas, pero desconozco si te apetecen. En el departamento hay fotos, sueños que fueron y una foto de ambos, la primera y la última que estamos juntos. Solo te pido perdón, por lo que te hice antes y ahora. Te pido, que te sientes junto a la ventana del piso 11 y con los binoculares que ya encontraste intentes buscar las respuestas del destino. Puedo decirte que te amé, cuando comprendí el error. Pero ahora solo pude reparar una parte y quizá romper otra. No necesitabas dinero, creo que tampoco necesitabas amor; pero buscabas algo, una respuesta. No sabias la pregunta, en cambio yo, tenía la respuesta. Ahora ella es parte de tu vida y la llevaras a la tumba. Te deseo mucha suerte. Mamá.
Así comienza la segunda parte de la historia, la búsqueda de lo que fue …

miércoles, 20 de junio de 2018

Goten

Tengo todas las miradas de los que no pueden verme; todos los sonidos de los que no pueden escucharme; todas las voces de los que no me hablan y todas las lágrimas de los que dejaron de amarme.

sábado, 24 de marzo de 2018

Descubir

Descubrí que lo importante no es lo que me interesa, sino lo que me aburre. Descubrí que el problema no es lo que me falta, sino lo que tengo y no quiero. Descubrí que lo que me motiva no es lo que pueda desear y quizá no consiga, sino el desafió de intentarlo. Lo necesario, no es propiedad de una cosa o un ser, mas bien es la incapacidad de comprender. Y lo único que definitivamente no esta a mi alcance, es el abrazo de mis viejos, porque ya no están.

Escoba para viento

Esperando que sople un viento fuerte, para que las hojas vuelen lejos..Fui a comprar una escoba pero. no tenían una de mi talle...

miércoles, 21 de marzo de 2018

Normales en un mundo de locos

Cuidate de ponerle carteles a las personas como si fueran objetos. No sólo porque la denigras , sino también porque ofendes y discriminas al tonto al que llamas tonto; al loco y enfermo, por etiquetar a otro por lo que para vos seria un defecto; mientras que, para otros es una condición de vida. Y porque en esa tienda de etiquetas donde compras , también existe una para vos. Acaso, te preguntaste antes de juzgar, Vos que sos? Si tenes un diagnóstico, primero recibite de médico o psicólogo, para ayudar a la gente en lugar de lastimarla; sino trata de no ofender a los locos, a los tontos y a los que según tus ojos, son diferentes..porque eso es discriminar. Tu ofensa es peor que ser tonto, loco, molesto..eso es reírte de las personas con problemas reales, que según tu sistema de valores habría que apartarlas, ponerles una chapa como a un perro, para que nadie se le acerqué..cuidado con este perro, es peligroso; eso según tu exitosa y virtuosa escala de des valores. Loco fue Newton ,Einstein. Molesto fue Sócrates . Fíjate cuantos de esos cambiaron el mundo. Vos y la gente como vos, en este siglo, a esos supuestos imperfectos del sistema, los seguirían mandando a la hoguera..no será que el problema es tuyo y no del otro? si estas cerca de personas que actúan así, no partícipes ni asientas sus dichos , porque son bichos. No al acoso. Si participas pasivamente de esos maltratos a otros, también sos cómplice.

Mujeres con bastones

No siempre el poder es machista sólo porque lo ejerza un hombre. Suelen existir mujeres peores que los hombres y de eso nadie habla!!!! Lo digo porque lo he visto de cerca. En una sociedad machista hay mujeres más machistas, en todos los ámbitos, que los hombres. Son mujeres que usan faldas y reprimen con lo fálico, con el deseo fálico de lograr el control usando la parte femenina de su naturaleza. Que cosa compleja!!! Seamos mejores, no mas... porque seriamos también, mas malas.
Que hacemos con el maltrato psicológico y sutil  ejercido por mujeres? 

Reina de perdedores

Para ser rey o reina sin corona algunos usan un método simple y eficaz. Destruir a todos de a poco. En algún momento, vos también vas a dejar de servirles e irán por vos. Porque la única forma de reinar es destruyendo ....obvio nada es eterno . Cuando hay muchos perdedores y pocos ganadores comienza el rechazo, el descontento. El silencio y el miedo es la espada del rey. La paciencia y el tiempo, es la corona de los perdedores.

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