viernes, 3 de febrero de 2017

Z, en tu laberinto de estrellas.


Muchas veces, creemos que somos menos o más de lo que nos merecemos, hasta que alguien nos ayuda a caer.

En tu laberinto de estrellas, del lado oscuro del sol.

Azules y lluviosos, perdido entre el verde y oscuro río del sur

Navega tu barco del otro lado del precipicio.

Pasos sobre la arena descalza, seca de tiempo, llena de  placer artificial.

Una suerte de herida que ayuda a juntar los desperdicios sobre tus otros seres.  Ellos  habitan  en las maletas llenas de furia.

Desnudos sobre la piernas cansadas de papá?

El único adiós que quisiste y no pudiste dar!

 Tú cara explotando en llanto frente al espejo; el testigo de tus partes violentas.

Miedo a olvidar  las hojas amarillas que florecen sobre el nuevo Z.

Una mezcla de dulces, locuras y plegarias.

Atrás, un arcoíris de sonrisas;  adelante, un grueso tronco tratando de pasar por tus verdes ojos.

Fuiste un latido  suave que no logro llenarse con ningún corazón.

Hoy, son mañanas vacías,  buscando como un niño deprimido,  el juguete de ocasión.

Una charla en un café hubiera saldado toda la deuda; olvidando   palabras y situaciones confusas.

Z,  ni en la cordillera más alta, ni en el rio más profundo, ni en los exóticos destinos del placer vas a encontrarte. 

Estás en  las miradas de los ojos que se cerraron;  en las manos  que te acariciaron cuando tu piel era suave. Suena  una canción redonda, una noche de luna sin remordimientos.

Ya lejos, en el país del very good!, los días son noches que pasan como los huracanes.

Llegará  el momento en que recordaras de manera borrosa la gorra de papá, los ojos emocionados de mamá y los rostros de tu infancia. Algunos, estarán  recostados en la mecedora descalza,   a pesar de la indiferencia de tu cerrada alma.

Tu corazón lejano late, recordando donde aprendió a amar, a sentir, a perder, a partir. 

Ahí está la mitad de tu yo. Podrás perdonarte por ese egoísmo?

Creí verte con un niño en brazos cerca de la estación de tren. Quizá, alguien hubiera curado tu nostálgico andar.

Te siento pequeño y apuesto que aún despiertas y escuchas ladrar a crazy, entonces miras hacia la puerta de la calle  R V al 300, sobre la ligustrina esperando que algún amigo llegue para el fernet.

A veces, un sueño trae  el olor a tierra y pasto mojado de esos largos campos donde te criaste.

En el atardecer están los que les sonreíste y a los que les toco llorar por tu ronco destino.

Esas luciérnagas  darán luz a tu oscuridad. 

Cuando todo sea dicho a pesar del amor y el daño,  triunfará el perdón, la compasión y la esperanza de las cenizas que alguna vez volverán a brillar.



jueves, 12 de enero de 2017

Lakes M




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Estas soñando en un pueblo lejano donde nunca imaginaste vivir?
Me alegro que tu vuelo sea sobre dos ruedas, mientras el mío juega en el patio de atrás. Es casi parecida a mí.  Después de todo, sentenciar qué y cómo será la felicidad es demasiado para un corazón que no se dio todas las oportunidades.
Yo  río porque  estoy plena de llanto. 
Entendí mas de lo que pude y sufrí mas de lo que creí soportar.
El hada  perdió la magia  cuando te sonrío desde el tren. 
Podes encontrarte,  besando  las sombras.


viernes, 22 de abril de 2016

Brujula sin norte



Los pasos avanzan sobre un vacío minado de voces, van en busca del fruto.
Pasean por nubes recostadas sobre el césped y recogen el aroma de las hojas tocando el sol.
 Siente el resplandor de cada silencio quemando el fuego germinal.
No tiene un lugar para llorar.
Delante de mis pupilas se dobla el filo de mi fe.
Lo peor aún no sucedió, doy  vuelta la esquina donde ya no están los que me sonreían.
Jugábamos mientras nadie nos observaban.
Entonces los pies pequeños corrían firmes y veloces.
La antepuerta del misterio me sonrie.
No me sorprendí del pájaro que me ladró, ni del perro lírico.
Me despertó la realidad escribiendo poemas sobre la inercia de mis paredes.
Los colores desordenados sobre el agua bendeciendo lo que no fui.
Segundos velando el encierro del hoy.
Una inmensa ola cubre mi playa,se despide, pero regresa una, mil veces.
Mañana  me esperan arenas suaves, lejos de lo firme que conocí.
No dudo de lo que tengo.
No deseo lo que no poseo.
No temo a lo desconocido.
No envidio lo mejor.
Sí dudo de perder el tiempo antes del tiempo.

Cuando no pueda  sentirme desnuda bajo la ducha  y las caricias se pierdan por los rosales.
Cuando no tenga  espacio para  inventar un recuerdo.
                              Entonces quiero que me vengas a buscar.
No puedo llevarme el mundo en esta mochila, solo tu piel de bebe regada de mis besos.
Dejaré este mar de acuarelas sin brújula, sin norte  y sin destierro.
Paraiso  de sal donde intente ahogar los pecados.
Destino, es el nombre del  barco que esta por venir. Nadie lo espera, sino hasta el día que la  madera comienza a pudrirse.

lunes, 4 de abril de 2016

Para vos Negrita



Negrita ojos de cielo y piel de corazón de te
Hoy te llevaste un color nuevo a ese sitio desnudo de voz.
Voy  a extrañar ese  rayito de dulces que paso por este, nuestro camino.
Si las encontrás,  llevales un poco de mi olor y si podes, un verde de los ojos de Sofí.
Negrita, gracias por cuidarme cuando era chiquita, por acompañarme cuando estuve sola y triste.
Gracias, por tenerte cerquita para charlar algún que otro  domingo, cuando no te ibas de paseo.
 Te mando un beso de Sofía, tu casita era para ella un lugar de hermosos y fantástico duendes.
 Espero, que en tu nuevo hogar  tengas un club cerquita para divertirte, donde puedas conversar y bailar. Un mar donde refrescar tu alma. Un viento suave, que de vez en cuando te acerque a nosotros y unas montañas para que puedas volar alto como el águila.
Te quiero Negrita.  Cuando pase por tu casa voy regarle un beso al cielo, espero que tus manos estén ahí para recibirlo.
Hasta pronto linda. Tu sobrina,  Gaby.

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