Hay un camino que no conduce a ningún
lado.
Una mano amiga que me señala el
horizonte
Un paraíso destruido, un diablo bautizado.
Cuando camino dentro mío
Y penetro en lo más profundo es cuando
mi último sentido me abandona.
Quedo inactiva y desequilibrada.
Quiero un espejo pequeño.
Una caja de cristal para meterme dentro
y convertirme en tu cuento.
Amanecen las hojas húmedas abandonas al
sol.
Sobre tus ojos descansan los rezos.
Partiste dejando tus cuadros pintados al cielo.
Deseo regar con un beso tu profunda
raíz.
En la mano la flor embellece tu piedra tallada de llantos.
Es el momento en que tu perfume y mi
piel han dejado de sentirse.