viernes, 16 de noviembre de 2012

15del11


Se desprende el canto del pájaro y la mañana de  la luna.
Tu voz tan fuerte, tan segura;  tu silencio rebota el estorbo de la ausencia.

En tu larga noche no hay soles, ni brillos, ni amargos brotes de rebeldía.

No tengo  ningún plan, solo el cabello sobre mis hombros.

Tu cansancio llego a mis huesos y tu siesta al despertar.

No llego, no voy, tengo el puño doblado en el bolsillo.
Continua la fuga de la tristeza arrastrando tu agonía.


Tu ramo descansa sobre mi frente en los latidos que desvanecen tu fuerza acabada.

Tímido el minuto suplica al reloj que lo deje salir.

Luz en la sombras de tu huellas, en el bosques de tus lagrima.

No está el naranja ni el opaco sabor de tu fuego.

Quedo tu aliento penetrando en mi garganta lastimando mi alma.

Ayer sabia que no estarías, sin imaginar como sobreviviría al vacio.

Hoy resisto tu sombra con las manos abiertas, invisible ola de dolor.

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