Defender el hueso como un perro trajeado.
Sin importar si
te llevan atado o suelto.
No se puede vencer la palabra del poderoso impostor con un
suspiro.
Ser un tonto, útil y feliz; o ser un avivado, útil y
deprimido. Esa es tu elección?
El justiciero no debe equilibrar
el perdón, de quién ordena la maldad
buena.
La temerosa justicia del injusto.
No tengo seguro contra todo el riesgo que me circunda y soy
feliz.
Vivo con el hoy
pensando en lo que no fue.
Tratas de vencerme con el aburrimiento?
Una cabeza
llena de notas no duerme la siesta de
los árboles.
En las sombras de la caverna se puede sobrevivir a este
castigo.
Tengo mi
corazón en desorden versado y ganas de contar el olvido.
Cabalgan rápido los segundos por las praderas desiertas de
voces.
Olores sembrados de frases. Hago lo que siento sin
morder los sueños.
Crees tener atado mi futuro con fuertes cordones de algodón!
Cuando llegues será tarde. Tu perro instinto no te advirtió
que el gato, aún con botas es más rápido.
No resiento, ni
presiento. El miedo es motor de tu prepotencia.
Imaginas que enloquezco dentro de tu reloj.
En cambio, en silencio, yo escribo los números saltando
el tiempo.
Ellos no predicen el futuro, avanzan en tic tac sobre un camino incierto.
No podrás matarme tan adentro.
No tengo nada más
valioso que mis recuerdos.
Corren por las calles del presente y sin aviso cuando todos
adormecen me piden que los entone, les pinte un sol y un destello. Ellos son mi
pulso y mi vacío. Mi escudo, mi palabra, mi corazón, mi locura escapando de tu cárcel
candelaria.