Sigo viendo rostros, y no caras. Sigo los ojos de otros, pero no, sus miradas. Sigo escuchando voces, pero no, sus palabras. Sigo presenciando figuras, pero no sus almas. Sigo esperando, que la gente, deje de ser gente y sean personas que miren a la cara, escuchen cuando se les habla y devuelvan la mirada. Sigo creyendo que algún día, voy a vivir en un mundo sin enfermos del alma.
miércoles, 1 de mayo de 2019
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