No alumbra tu rostro perdido el sol del desierto ni la luna
nueva.
La casa apago las luces del camino que dejo partir.
El suelo brinca sobre tus perturbados lienzos de silencio.
Mirada de zorro, cuerpo de león, piernas de ternero.
Cruzo el cerco para verte llegar, en el encuentro no nos
detenemos
Estamos ocupados contando los segundos de más.
Pronto las luces caerán sobre el manto.
En el final tus miedos resistirán la desesperación
Solo te salvara el perdón lejano del pájaro sin nido, de canto
quebrado y bosques secos .