miércoles, 14 de enero de 2015

Gente ocupada



A veces el silencio muerde o por lo menos así deben creerlo algunos.
No dejo de asombrarme,  de ver gente cada día  más apurada, por si acaso no tienen tiempo para nada, ni para decir buen día a los que tienen al lado.  Estará de moda andar siempre a full haciendo algo. Justificando la existencia o el vacío? Demandará mucho tiempo y energía saludar a la gente, o responder?  Tan al límite se pueden vivir que cuesta mucho decir gracias, chau, hola, buenos días, como estas?
Me impresiona la   gente que no descansa ni cuando duerme. Siempre haciendo cosas.  De qué servirá estar siempre en actividad?  Será necesario y saludable tener  la mente ocupada las 24hs en cosas externas?  Quizá resulte más simple caminar sin saber a dónde se va, que preguntarse si tiene algún sentido el esfuerzo?
Me parece que los que viven así, también cuando duermen, sin tiempo para un hola o un gracias, es que ya perdieron los buenos modales; y los que siempre están a mil, es que en realidad tienen miedo  de presionar el freno y  arrollarse ellos mismos al costado de su propio camino.
En este mundo moderno, tenés que mostrarte siempre activo para que vean que existís!
Hasta en las redes sociales, pusieron el botón verde para que te vean si estas conectado  o no.
Lamentablemente cuesta mucho ser sinceros, sobre todo con uno mismo.
Y aunque algunos lo duden, actividades como leer un libro, recostarse y pensar, también significa estar bien vivo.  Pero creer que estas cerca de los otros cuando pasas corriendo a 2000km por hora sin levantar la cabeza para verlos, sin decir hola, sin responder, es lo mismo que nada.  No estas con nadie, ni con vos y menos con los otros.

Vacio completo



Hay un vacío que lo atraviesa todo, hasta el arte más perfeccionista de intentar rodearse de extras para llenarlo. Simplemente, porque el vacío deja que todo fluya, no retiene nada, siempre te va a acompañar mientras todo lo demás pasa. Aunque hagas 100 fiestas, tengas 20000 reuniones,  5000 amigos en Facebook, practiques 10 deportes, te anotes en 100 cursos, tengas la casa llena de gente siempre. Ese movimiento de estar buscando algo, de estar siempre activo y nunca parar, es el principio del miedo de encontrarte con vos mismo y no soportarlo. Ese es el vacío que llevas adentro, el de afuera  se ocupa fácil, el otro siempre tiene una gota de dolor partida en dos. Por eso no insistas en disfrazarlo de mil formas, ni te esfuerces en tapar los 3600 segundos de cada hora, adentro hay otro reloj que siempre se para en el mismo lugar.  

jueves, 11 de diciembre de 2014

Sol quemado



No alumbra tu rostro perdido el sol del desierto ni la luna nueva.
La casa apago las luces del camino que dejo partir.
El suelo brinca sobre tus perturbados lienzos de silencio.
Mirada de zorro, cuerpo de león, piernas de  ternero.
Cruzo el cerco para verte llegar, en el encuentro no nos detenemos
Estamos ocupados contando los segundos de más.
Pronto las luces caerán sobre el manto.
En el final tus miedos resistirán la desesperación
Solo te salvara el perdón lejano del pájaro sin nido, de canto quebrado y bosques secos .

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Tan libres y tan esclavos




Algunos parecen no enterarse de las cosas o prefieren esquivarlas. No soy de los que buscan respuestas, ni de los que hacen muchas preguntas. Si mi intuición me hace ir por un camino, no lo esquivo. Es cierto que hay intenciones nobles, el problema aparece cuando las personas que llevan delante esas nobles causas no son las más honestas. A veces sucede que no hay intersección entre esos conjuntos, causas nobles y personas. No obstante veo con cierta envidia mucha gente que, defendiéndolas hacen la vista gorda sobre quienes llevan delante las mismas. Ahí es donde no puedo acompañarlos. No creo que puede ir por un camino lo bueno y por el mismo lo malo, mezclarse y resumirse en lo más conveniente, sin que nos preguntemos para quién.  Por lo menos a mí me hace pensar que, las causas no son tan nobles como aparentan y que algún provecho sacarían  las personas que las emprenden. Pero, siempre está el que minimiza el robo porque el monto es pequeño, por el ingenio, por la causa, por el fin. En cambio yo me centro en el que lo realiza. Una persona de bien, no roba, no mata, no ensucia, no lastima.
Encontrarme todas las mañanas con gente que me dice lo que debo hacer. Mirarlas  y descubrir  que sus pecados son trágicos. Son los que practican el “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Entonces doy vuelta la página.
Alguna vez,  en nuestra juventud todos tuvimos grandes y nobles ideales.   Ideales que fueron mutando con el paso del tiempo, ajustándose a las necesidades, a la época. Sin embargo hay personas que viven ese ideal eterno  como si fuera una película.  El eterno adolecente que anda en moto contra el viento, riendo, dejando todo detrás, menos su ironía.  
Veo a otros que en algún momento cuando cambiaron las circunstancias practicaron lo  que les resulto  más conveniente mientras  su ideal, lo durmieron,  por peligroso e inoportuno. Un día lo descubrieron nuevamente y entonces salieron como aquellos muchachos, ahora con sus falsos cabellos largos, sus pantalones gastados de 400 dólares comprados para tal fin a buscar la vieja moto. La encendieron y  arrancaba;  todavía hacia ruido, tan  rustica y sencilla y como jovenes  comenzaron a rodar por las calles gritando sus sueños. Los observo, los escucho y algo no concuerda porque ya son viejos, llenos de todo y por azar o circunstancias desconocidas  van por más, ellos no juegan.
 Arrean jóvenes libres, revoltosos, reaccionarios, creyentes del todo de todos. Llevados por la guitarra y la música de esos viejos rebeldes de ayer que hoy paradójicamente se despiertan en un palacio, comen caviar, desayunan en platos de oro, se bañan en rosas, tan distintos de lo que fueron, pero ellos tan inocentes  eso no lo ven, no se preguntan como se transformaron en tan burgueses. Ellos corren contra el viento siguiendo ese ideal tan idílico que sus líderes alguna vez  abandonaron. Tan libres y tan esclavos.

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