jueves, 18 de octubre de 2012

Rosas de azar


Corazón que da  pide consuelo.

Rosas de un día huelen el perfume a otros.

Gira la inocencia sobre  vueltas  violentas, rápidas. El tiempo  mata al niño.

El deseo posa junto al perdon crucificado. Son  las entrañas del hombre al final del pasillo, con la llave en la mano, sin puertas, dolor adentro.

Recuerdos de un loco


Extraño viajero, libre, dulce, eterno.

Vas a sentir la vida en alguna parte de tu  fe abandonada.

Vas sin prisa en busca de lo que otros no encuentran.

Frases amarillas


Se puede deletrear un sentimiento  con las plumas de las manos o con el pincel del alma.
Trasmitirlo, es librarse de las hojas amarillas que el otoño depositó sobre nuestros pechos.
Toda flor que regamos crece en las voces del invierno que embellecen la pasión.

Despertando


Esta persona que hoy todos conocen son esas que despertaron y se durmieron, esas que se fueron y quizá regresen, que me dieron color, apreciaron mis errores, mis enojos.

Hay cosas que no debemos olvidar y deberíamos recordarlas al menos una vez al día cuando algo nos molesta. Siempre en todas las personas hubo una  sonrisa inolvidable, un llanto, un aroma, una mirada, un atardecer, un amor, un sol que nos hizo sentir hermosos, y de eso debe estar hecho el sentido de la felicidad. El secreto es agradecer lo bueno y lo malo de lo que estamos hechos; el secreto es saber que somos únicos pero todos nos necesitamos, y que para dar y luego recibir es importante aprender a agradecer.

Ayer se marchó


El sueño tomó la realidad y la despertó. No tuvo tiempo de pensar y comenzó la actuación. El cuerpo estaba inmóvil, pero corría y los ojos sonreían. Ella creyó que  era un milagro  y se dejó llevar en paz sin preguntar. No podía pensar que ese mundo tenía  un final improvisado. Gozó, dispuesta a probar el amargo y dulce valor de sus No.  Sonrío como una flor cuando le ofreció su tallo y su color.

Sintió la frescura de una mano precavida. No entendía que se puede amar una vez, un minuto y desaparecer. Él cree en cosas que ella no ve. También cierra sus ojos y da  gracias por la brisa de la noche y por el calor  del amanecer.

Soy o fui?

Lo que voy a escribir es lo creo que no soy, lo que trato  de no ser y lo que con certeza soy todos los días y no lo sé.

Pero el hecho de no ser mala, no significa que sea buena; el hecho de no ser egoísta, no significa que derroche; de no ser la mas bonita, ser la mas fea; porque el hecho de ser algo, significa muchas cosas.

Nunca  vi a nadie  destruir con tanta facilidad su más sinceras razones, lo sé; por defender mi razón, no la razón absoluta, me perdí en las palabras.

Las personas son como yo, algunas veces.  Entre lo que creo no ser, esta lo que trato de no ser. Trato de no ser tan espontánea y de pensar mas; trato de no ser tan impaciente. Pero este trato cotidiano con mi persona me hace pensar que todo lo que trate de hacer no alcanza para ser una persona de bien. Entre medio de todas esas cosas están lo que todos los días me ven actuar.

Respeto a los que me aman en mi bien y en mi mal, a los que se muestran transparente porque me ayudan a verme, a pensarme, a cambiarme, porque me ayudan a ayudarles.

Trato de ser algo mejor. Ese “Es”, puede ser de muchas maneras según las circunstancias; pero estoy convencida que no voy a “Ser” si estoy en absoluta soledad.

El hombre como todo animal arma su propio mimetismo para sobrevivir; quizá no se pinte de verde para confundirse con una hoja, quizá despierte en la mañana amasando su día, condimentando sus picantes encuentros, saboreando la lujuria, derrochando soberbia, engordando el poder, hirviendo los sentimientos; en la noche recostado sobre sus escombros aplauda sus logros, solo frente al espejo, sin nadie que comprenda por qué de tanta ambición.

Pendiente arriba


He vivido sin nada, sin quién.

Me olvidé de mi verde  sol.

 Pido a Dios ayuda para no sentir la tristeza como una enfermedad.

Bella, prostituta, seductora.

La ternura aun siendo  falsa, es feliz.

Busco un lugar para abrazarme al olvido.

El viento perdona la falta de grandeza en el corazón.

Crecí al calor del paraíso.


La libertad debe respetar las bajezas ajenas.

Los miedos terminan en una cortada, cerca de la calle, al comienzo de la hierba cerca de la vereda contra la pared.

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