martes, 2 de octubre de 2012

Somos nada

Tenemos   en cada ser millones de años  y experiencias colectivas.
Somos una  red infinita de venas y terminaciones nerviosas, una obra precisa y perfecta.
Un  prototipo de barro divino.
La   vida   abrigada por el amor  de los tiempos que se engendran continuamente.
Cada uno lleva un  destino particular.
 Un plano doblado por la fe y la razón.
Somos  el   misterio, el despertar preferido.
La evolución infinita de diminutas partículas ordenadas.
Pero ves,  aquella    lucha instintiva  por sobrevivir  se desvanece cuando, desde los altos abismo caemos.
Cuando oímos que sabíamos de  que todo nace y perece, lo eterno no esta en nuestro cuerpo.
Y hablamos con los Ángeles suplicándoles alivio y perdón.
Creamos el paraíso y el infierno, la  culpa y el arrepentimiento.
               La     desesperación    para evitar el fin del comienzo.
Somos la muerte y la nada.
El   silencio que atormenta,   el que se derrama con el dolor
sumido al placer  del  hombre diablo,  pura alma.

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