miércoles, 3 de octubre de 2012

De Lirios



Tu paso regresa del olvido al que fue condenando. Protegida, por el cristal de tu alma y el escudo de mi cuerpo.

Detrás del vidrio las gotas me hablan de tus tristezas, de tus ganas de irte de viaje. Yo no espero tu arrepentimiento. El lugar al que te vas seguramente es cálido.  Me divierto escuchando como toda esa fuerza nativa choca y explota contra el material muerto.

No me importa si te caigo bien; si algo de mí te revela una duda.

Te ofrezco quedarte en el silencio, estirando tu pecho hasta encontrar el relámpago en el cielo.
Siempre corro para llegar primera a ningún lado. Traigo escondida la sentencia en el bolsillo. No estás ahí para entenderme, ni me interesa.

Miro con  los ojos en las manos. Escucho las palabras  contra mis oídos. Solo me queda saborear el deseo.

Entrada destacada

Locura en gotas de leche

No aceptaba la verdad, porque el vientre es todo. No aceptaba que la encerraron en su cuarto con los miedos del abandono. Luchaba con su...