martes, 2 de octubre de 2012

El experimento bíblico

El hombre de origen científico había terminado de leer el experimento Niklaus 1. Entendía que mediante la física cuántica era posible viajar por el universo como un haz de luz; lo que no podía imaginar era a Jesús predicando dicho experimento. Para el cristianismo el reino de los cielos es una salvación tan solo de los pobres, pues es más factible que un camello pase por el ojo de una aguja a que los ricos ingresen al reino de los cielos. Si el experimento fuera exitoso, Jesús hijo de Dios todopoderoso, sabio entre los sabios, se habría equivocado. Los ricos tendrían asegurada su alma en el infinito y su cuerpo en el presente. La física se convertiría milagrosamente en una ciencia divina, en una religión de ricos y dotados; mientras que los pobres no tendrían ya motivos para callar su destino. Si el experimento no fuera factible, la codicia de los que tienen y siempre desean más, transformarían la tierra en un lugar sin religiones y milagros. Aunque los camellos al final de la historia no pasaran por el ojo de la aguja,  los adinerados también tendrían su recompensa en el paraíso, porque su alma se volvería tan pobre como su  cuerpo.
Su mirada se expandió hacia el cielo, fija y profunda, quedo suspendida en la estrella Venus. La mente también se posó en ella,  pensando que quizás, podría existir el milagro de convertirse en inmortal viajando por el universo de todas las imágenes grabadas en su retina. El hombre esta desafiando a su creador; las parabólicas escrituras sagradas motivan silenciosamente a que se demuestre que el milagro puede realizarse.
Si Dios creó al hombre a imagen y semejanza suya, y si la ciencia podía crear hombres a imagen semejanza del hombre, quién es Dios?  Aquel que inspira al discípulo  a superar al maestro?  La imagen esfumada del hombre en un espejo con profundidad y sin contornos?
El científico sabe que experimento mediante es posible transportar átomos a través de un haz de electrones, también moverse en tres dimensiones a través de los números imaginarios. Si el azar fue el inventor de tal magnifica precisión, Dios es el azar mismo, divino creador del milagro, la ciencia, el desafío y el experimento. Creador del destino de los que poseen menos y de los que poseen más. Los poderosos de esta forma quedarían libres de todo pecado que los culpe por su abundancia. Sin ricos y sin pobres de qué hablarían las escrituras?.
El científico tiene otra duda, que de cumplirse desvanecería toda buena intención del experimento. Quién puede afirmar con total exactitud que el camello mencionado en las escrituras es del tamaño real, y que las agujas  hacen referencia a las usadas actualmente para coser?  Qué sucedería  si el alma de los pobres fuera tan pesada de miserias y carencia como un camello? Quién salvaría su alma de la hoguera?  

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