La locura golpea su puerta de salida.
Un laberinto se abre en círculos, no tengo prisa ni perdón.
La hora atrapa los Instantes en un reloj vacío.
El Amor consume en silencio el deseo de sentir placer.
Las miradas agotan en sombras su existencia.
Un silencio dormido, incierto no se deja escuchar, intenta evadirse a la negación.
La vida le da la paz.
La vida le da la paz.
Como un caracol escondido siempre espero encontrar un sitio en el olvido que todos recordaran.
Entre mis ya aplastados seres que esperan la resurrección.
Entre mis ya aplastados seres que esperan la resurrección.