Esta persona que hoy todos
conocen son esas que despertaron y se durmieron, esas que se fueron y quizá regresen,
que me dieron color, apreciaron mis errores, mis enojos.
Hay cosas que no
debemos olvidar y deberíamos recordarlas al menos una vez al día cuando algo
nos molesta. Siempre en todas las personas hubo una sonrisa inolvidable, un llanto, un aroma, una
mirada, un atardecer, un amor, un sol que nos hizo sentir hermosos, y de eso
debe estar hecho el sentido de la felicidad. El secreto es agradecer lo bueno y
lo malo de lo que estamos hechos; el secreto es saber que somos únicos pero
todos nos necesitamos, y que para dar y luego recibir es importante aprender a
agradecer.