miércoles, 21 de enero de 2015

Preguntas



Si conociéramos todas las respuestas no existiría la duda. No habría vida, porque  está es un misterio  y parte de ese misterio es tener fe y esperanza. 

martes, 20 de enero de 2015

Gracias a mi madre



Hace unos años me encontraba indecisa pensando en mi futuro y no sabía si seguir mi intuición o la lógica. Mi mamá entonces me dio un consejo y me dijo, no se cambia de caballo en mitad del río. No queda muy bien irse y abandonar dos veces el mismo lugar, menos cuando la situación es delicada.   Al día de hoy puedo decir que ese fue uno de los peores consejos que mi madre de manera inocente me dio, y yo  seguro, el peor consejo hasta el momento que  seguí.
Las decisiones aunque cuesten tomarlas, después de oír otras opiniones, si aun así no encontramos una razón al asunto, deberíamos seguir la intuición. Porque las respuestas muchas veces están al final del camino y no, cuando las necesitamos.  Tener la  confianza suficiente en nosotros  y darle para delante, es más que ser optimista.  Hay que tener el coraje de quedar solo expuesto a las críticas, pero a la larga, eso es mejor que complacer. Por alguna razón sos el único que puede sentir lo que, en un cierto momento no tiene explicación;  vos conocés dónde te estas metiendo, con quienes  te estas relacionando. Solo vos tenes el privilegio de mirar los ojos de las personas que te hablan. Esos ojos no mienten, se expresan bajo cualquier silencio, sobre todo cuando son esquivos a tu propia mirada. El sentir debería tener un lugar justo al lado del pensar.
Por algo contamos con ambas cosas.
Y como padres deberíamos apoyar más a nuestros hijos. Claro que un padre siempre hace lo que cree mejor para un hijo, por eso están perdonados. Los pecados después de cierta edad son únicamente nuestros.

lunes, 19 de enero de 2015

Firewall psicologico



El viernes tuve un dialogo interesante con una persona, quien me dijo que yo no aceptaba críticas y que discutir conmigo era como discutir con una pared.
Yo le respondí que sí aceptaba las críticas, aquellas que fueran las constructivas  y que no era una pared sino una persona.
Luego, de regreso a mi casa durante el viaje me fui pensando, que  sería una crítica constructiva. Pensé que podría ser aquella donde te dicen lo que está mal  y lo que estaría bien. Limitarse a decir que algo es incorrecto, sin decir por qué y a su vez no proponer algo mejor es más penoso. No construye porque no resuelve nada, solo destruye lo poco que se hizo, mal o bien.
Después me quede pensando un poco más y dije, tantas veces me criticaron en el trabajo, como en otros lados y no por mi labor, sino por como atendía un teléfono, por lo que no está mal la idea de ser una pared. Me vi como un enorme muro donde rebotaba toda la porquería o las críticas con la que me disparaban y estas quedaban ahí, muertas y destruidas en el piso. Entonces me dije, que bueno, tener una pared o firewall personal que te impida que pase la mala onda de afuera hacia adentro.
Gracias, nunca reflexione en la idea de verme tan pero tan grande como una muralla china. Porque para protegernos de todos tendría que ser muy grande esa pared. Algo que dudo, siempre el muro es previsiblemente acorde al tamaño de maldad con la que se quiere herir. Y suficientemente inteligente como dejar pasar las reseñas que  no tienen maldad.

miércoles, 14 de enero de 2015

Gente ocupada



A veces el silencio muerde o por lo menos así deben creerlo algunos.
No dejo de asombrarme,  de ver gente cada día  más apurada, por si acaso no tienen tiempo para nada, ni para decir buen día a los que tienen al lado.  Estará de moda andar siempre a full haciendo algo. Justificando la existencia o el vacío? Demandará mucho tiempo y energía saludar a la gente, o responder?  Tan al límite se pueden vivir que cuesta mucho decir gracias, chau, hola, buenos días, como estas?
Me impresiona la   gente que no descansa ni cuando duerme. Siempre haciendo cosas.  De qué servirá estar siempre en actividad?  Será necesario y saludable tener  la mente ocupada las 24hs en cosas externas?  Quizá resulte más simple caminar sin saber a dónde se va, que preguntarse si tiene algún sentido el esfuerzo?
Me parece que los que viven así, también cuando duermen, sin tiempo para un hola o un gracias, es que ya perdieron los buenos modales; y los que siempre están a mil, es que en realidad tienen miedo  de presionar el freno y  arrollarse ellos mismos al costado de su propio camino.
En este mundo moderno, tenés que mostrarte siempre activo para que vean que existís!
Hasta en las redes sociales, pusieron el botón verde para que te vean si estas conectado  o no.
Lamentablemente cuesta mucho ser sinceros, sobre todo con uno mismo.
Y aunque algunos lo duden, actividades como leer un libro, recostarse y pensar, también significa estar bien vivo.  Pero creer que estas cerca de los otros cuando pasas corriendo a 2000km por hora sin levantar la cabeza para verlos, sin decir hola, sin responder, es lo mismo que nada.  No estas con nadie, ni con vos y menos con los otros.

Vacio completo



Hay un vacío que lo atraviesa todo, hasta el arte más perfeccionista de intentar rodearse de extras para llenarlo. Simplemente, porque el vacío deja que todo fluya, no retiene nada, siempre te va a acompañar mientras todo lo demás pasa. Aunque hagas 100 fiestas, tengas 20000 reuniones,  5000 amigos en Facebook, practiques 10 deportes, te anotes en 100 cursos, tengas la casa llena de gente siempre. Ese movimiento de estar buscando algo, de estar siempre activo y nunca parar, es el principio del miedo de encontrarte con vos mismo y no soportarlo. Ese es el vacío que llevas adentro, el de afuera  se ocupa fácil, el otro siempre tiene una gota de dolor partida en dos. Por eso no insistas en disfrazarlo de mil formas, ni te esfuerces en tapar los 3600 segundos de cada hora, adentro hay otro reloj que siempre se para en el mismo lugar.  

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