En el aire el viento soleado pinta la tarde.
Se van en los pasos que acerca la brisa.
No te puedo alcanzar en tu vuelo de cometa.
Me brotan los besos de los labios y el baile de las melodías. En tu cama el olor al adiós se va perpetuando.
Un descanso sin horas cruzando un puente sin agua.
Un hilo de esperanza cubre tus ojos desgastados; temerosa mirada de despedida.
Me senté a acariciarte, intentando grabar el dolor del amor y el silencio en mis manos. Sabía que pronto no ibas a estar y te amaba.
Tu madre te recibió un día con los pechos grandes; yo en cambio tuve que despedirte con el cielo y el infierno atrapado en mi cuerpo.
Punto final. El dolor salió de mis entrañas y te abracé.
Te dije adiós. Te espero.