lunes, 17 de noviembre de 2014

Acto escolar sobre los 4 elementos



Y llego el día que  Sofía actuó para el colegio  vestida de Marinerita.
El sábado 15 de noviembre de 2014 bailó con su pollera turquesa de lentejuelas, su camisa blanca y el gorrito.
Ella parecía entusiasmada con su aparición pública. No se parece a mí, porque yo evitaba los actos y odiaba los ensayos.
Regresamos del colegio a casa caminando unas 8 cuadras y no parecía sentir vergüenza.
Cuando llego la noche mientras mirábamos una película me dijo, mamá hoy me aburrí un poco, porque al final hicimos lo mismo que durante el ensayo pero esta vez con el vestido de marinerita. Entonces me pregunté, si ella experimentó algo  cuando estuvo frente a 200 o quizá más personas. Es como que nuestra mirada no existió. Canto y bailo como lo hacía con los compañeros y la maestra.  Me confesó que se equivocó, pero no le resulto importante;  lo único diferente de ese día fue que realmente tenía el vestido. Tampoco la mirada de papá y mamá pareció tener un atractivo diferente. Desconozco si el resto de los nenes pasará por el mismo estado de enajenación. Habrá algún nene  que le guste estar arriba del escenario, les importará hacerlo bien o mal?  Para qué servirán los actos escolares? Serán pedagógicos, educativos, sociales o simplemente servirán para que los papas tengamos las fotos  para el  recuerdo.
En esta oportunidad  no se conmemoraba nada patrio,  simplemente fue para festejar algo con la comunidad educativa. De todas formas a pesar de lo colorido y musical, no fue para Sofía muy atractivo el evento, aunque a juzgar de lejos se la veía muy feliz. Por lo menos, yo sentía algo más próximo al rechazo y al malestar, quizá algo mejor que la indiferencia total. El sentir lo mismo no debería dar lo mismo. Pienso si debo preocuparme o quizá ella me demuestre que mejor que sentir bronca porque te obligan a algo, es hacerlo y listo.

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