martes, 25 de noviembre de 2014

El perverso



Estuve leyendo algunas de las características de los perversos narcisistas y caí en la cuenta que había conocido y tengo el agrado de conocer a varios. Me sentí realmente relajada luego de informarme sobre sus características personales y sus relaciones con las víctimas. Sofía, es importante detectarlos a tiempo para no sufrir y escapar a tiempo.

Los describen como personas que suelen ser ambivalentes  en sus definiciones; eso les da flexibilidad para poder cambiar según su conveniencia y también humillar a sus víctimas, quienes no saben cómo actuar, por no comprender el mensaje.
Tejen su tela araña en la oscuridad y a veces en complicidad para luego hacerles creer a los otros que  ellos son  las presas, mientras que  sus víctimas son personas que convienen asilarlas por peligrosas.
No concluyen casi nunca una frase dejando la sensación de certeza, por lo contrario, todo puede llegar a ser y si no es, fracasa su interlocutor al intentar entender el mensaje. Suelen  afirmar con palabras algo y negarlo con los gestos, o al revés. A veces suspiran en las conversaciones como poniendo puntos suspensivos.  
Siempre buscan la forma de dejar a las víctimas en situación de poca credibilidad con respecto a los demás, haciéndolas ver como  personas  paranoicas e inseguras. Las hacen dudar de sí mismas.
Cuando alguien quiere conversar con ellos para pedir alguna explicación, casi nunca lo logra, simplemente eluden el dialogo.   No responden cuando se les pregunta.
A veces suelen preguntar, mostrarse interesados en algo y luego cortan las respuestas para volver a preguntar, desviando así la conversación, humillando a su interlocutor. Esta actitud  suelen practicarla en reuniones con varias personas, donde una es la víctima a quien intentan desmotivar, irritar y desestabilizar.  Para luego victimizarse en público, dejando entre ver que actúan de esa manera producto de las emociones de ira de las personas que ellos mismos procuran dejar en ridículo. Ellos no  conversan con quienes victimizan, ya que eso significa tratar al otro como persona, cuando en realidad son objetos con quienes no se habla.
Son personas que se acercan un día a ti sin que los llames, te llenan de elogios y luego dejas de ser alguien, para convertirte  casi en un estorbo. O bien, de pronto comienzan  a saludarte, te hablan y en otro momento pasan a ignorarte, aún estando sentados a su lado. Son especialistas en negar toda culpa o hacerse cargo de alguna situación problemática. Ellos no tienen problemas a la hora de encontrar una justificación.
Desde hace un tiempo a la fecha  he visto personas discutir por cosas que no merecían la pena, y a simple vista alguien estallaba en bronca contra otro; Este último, como si no sucediera nada,  bajaba la cabeza, la voz, encogía los hombros, fijaba la vista en el piso o en el techo pero muy lejos de su agresor, a quien no miraba y de manera indiferente continuaba con la conversación. Tarde descubrí que en el fondo esa persona estaba gozando de la efectividad de su telaraña. Con el tiempo  la he visto como perfeccionaba la técnica de victimizarse. Simplemente molestando a las victimas al no contestar, contestar de manera ambigua, preguntar y no dejar que respondan. Confieso que durante el primer mes y varios días siguientes le creí.  Supongo que estos sujetos no saben de su condición perversa; solo saben y mucho, como conseguir lo que desean utilizando a otros.  Lo terrible es ver a más de uno actuando de esa manera,  convirtiéndose así en cómplice.
Dicen que se cuidan de los  paranoicos y  temen ser descubiertos en  público, por eso no les agrada llegar a la justicia, ni exponerse.
Hay que ser cuidadosos  con ellos; si te encuentras con alguien así de parecido, mejor es evitarlo, ponerle un límite y no dejar que te pase por encima, porque de poder hacerlo no sentirá compasión, ni culpa, solo gozará, con la mirada de todos; ya que al elegirte a vos, se liberan otros.

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